Ayer, al salir de una clase con niños de 5 años me despedí de Natalia. Natalia es una niña que se inventa dolores de alma para que el profe le haga más caso. Me despedí, decía, diciéndole a Natalia: Adiós, Mariflor. Entonces Natalia me respondió: Adíos maricón. Si la niña pudiese entender mi ironía, le hubiese contestado: Touché, porque se lo había puesto a huevo.
miércoles, 25 de noviembre de 2009
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2 comentarios:
Jajaa... sorpresas te da la vida! :D
Besos,
Aurora. (Au)
De verdad que surpresas te dan! Esto me ha causado mucha risa.
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