Se ha hablado mucho de la nueva Ley de Memoria Histórica. Que si rompe la unidad de España (una cosa más que la rompe) que si reabre heridas, que si mata el espíritu de la transición, que si la memoria no se puede imponer... Como yo soy bastante ignorante no sé si lo dicho hasta ahora es verdad o es mentira y además dudo bastante que los que tan a menudo desgranan argumentos no han leído la ley y no han estado presentes en la elaboración e la misma. Pero a pesar de mi ignorancia no me quedo sin opinar sobre la cuestión (no voy a ser yo menos), no tanto sobre la ley en sí, que ya digo que no soy muy de leer leyes, si no de la polémica que esto levanta.
Para empezar no puedo evitar hacer una comparación. Puesto que hablamos de víctimas y verdugos, se me ocurre decirle a los eternamente en contra qué opinan si a las víctimas del terrorismo se les negase el derecho a reclamar justica. Aquellos que han sufrido cualquier tipo de injusticia deben tener al menos el derecho de mirar al que la cometió y decirle: tú eres un asesino. Y si éste ya no se encuentra entre los vivos por lo menos que se les reconozca socialmente.
Se habla de que es una ley que abre heridas ya cerradas. Pero yo me pregunto, ¿cerradas a costa de quién? Se habla de que se rompe el espíritu de la transción. Y ese espírtu, ¿a costa de quién surgió? El problema de todo es el maldito revisionismo histórico de ejemplares como Pío Moa que poco a poco van soltando ideas que hace unos años nos hubieran parecido escandalosas... "Franco, en definitiva, no fue tan malo" parece que nos quieren decir (por cierto, en países como Austria, es un delito negar el holocausto). Y al final la transición salió adelante porque hubo gente que tuvo que olvidar, porque hubo gente a la que le pareció que en ese momento era más importante que hubiese paz y democracia que saber en qué fosa común estaba su padre o su abuelo. Y ya han pasado demasiados años. Aquellos que en su momento tuvieron que callar a costa de que los tiranos siguiesen libres de culpa en pro de un bien superior ahora merecen una reparación. No olvidemos nunca que durante 40 años ha habido víctimas y verdugos. Y todavía quedan muchas cosas que nos lo recuerdan en las calles y plazas de España.
Insisto en la comparación: a nadie se le ocurre decir a una víctima del terrorismo de ETA, pongamos por caso, que no puede protestar porque la izquierda abertzale se puede ofender y se pueden reabrir las heridas entre España y Euskadi.
Y por último, que yo sepa a nadie se le va a obligar a que todas las mañanas se acuerde cinco minuto de las víctimas del franquismo... lo digo por aquellos que dicen que la memoria no se puede imponer, pero mientras haya administraciones que subvencionan a la fundación Francisco Franco, tirano entre tiranos, muchos muertos no podrán descansar.
Y yo me digo: la memoria ha venío y nadie sabe como ha sío.
Ĝis la revido (hasta otra).
Rodrigo Manchado.
Para empezar no puedo evitar hacer una comparación. Puesto que hablamos de víctimas y verdugos, se me ocurre decirle a los eternamente en contra qué opinan si a las víctimas del terrorismo se les negase el derecho a reclamar justica. Aquellos que han sufrido cualquier tipo de injusticia deben tener al menos el derecho de mirar al que la cometió y decirle: tú eres un asesino. Y si éste ya no se encuentra entre los vivos por lo menos que se les reconozca socialmente.
Se habla de que es una ley que abre heridas ya cerradas. Pero yo me pregunto, ¿cerradas a costa de quién? Se habla de que se rompe el espíritu de la transción. Y ese espírtu, ¿a costa de quién surgió? El problema de todo es el maldito revisionismo histórico de ejemplares como Pío Moa que poco a poco van soltando ideas que hace unos años nos hubieran parecido escandalosas... "Franco, en definitiva, no fue tan malo" parece que nos quieren decir (por cierto, en países como Austria, es un delito negar el holocausto). Y al final la transición salió adelante porque hubo gente que tuvo que olvidar, porque hubo gente a la que le pareció que en ese momento era más importante que hubiese paz y democracia que saber en qué fosa común estaba su padre o su abuelo. Y ya han pasado demasiados años. Aquellos que en su momento tuvieron que callar a costa de que los tiranos siguiesen libres de culpa en pro de un bien superior ahora merecen una reparación. No olvidemos nunca que durante 40 años ha habido víctimas y verdugos. Y todavía quedan muchas cosas que nos lo recuerdan en las calles y plazas de España.
Insisto en la comparación: a nadie se le ocurre decir a una víctima del terrorismo de ETA, pongamos por caso, que no puede protestar porque la izquierda abertzale se puede ofender y se pueden reabrir las heridas entre España y Euskadi.
Y por último, que yo sepa a nadie se le va a obligar a que todas las mañanas se acuerde cinco minuto de las víctimas del franquismo... lo digo por aquellos que dicen que la memoria no se puede imponer, pero mientras haya administraciones que subvencionan a la fundación Francisco Franco, tirano entre tiranos, muchos muertos no podrán descansar.
Y yo me digo: la memoria ha venío y nadie sabe como ha sío.
Ĝis la revido (hasta otra).
Rodrigo Manchado.