La estrategia de los horteras

Conocéis el Tú sí que vales copia del America's Got Talent?. ¿Os acordáis del menda este que decía que cantaba ópera? Ese tal Paul Potts:

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Bueno, pues este tío NO CANTA ÓPERA. A ver si hay que decirlo todo. Canta un trocito de aria (manipulada para el lagrimeo) y canta forzado, agarrotado, engolado... que sí, que da las notas, pero ¿cómo las da? ¿Y Susan Boyle?

http://www.youtube.com/watch?v=bgY-aCaGzRI&feature=related

Pues sí, la tipa tiene una voz bonita, y canta con más gusto, en mi opinión, que Potts. Y ambos personajes comparten el mismo esquema: tipos feos, loosers, gente que parece que no tiene ningún atractivo, hasta que, ¡oh!, abren la boca y pasan de oruga a mariposa. La tal Boyle, parece que además sufría una pequeña discapacidad intelectual y llevó bastante mal la efímera fama que adquirió.

Pues hoy he encontrado el mismo esquema, clavadito, en la versión coreana de estos programas:



El pobre muchacho, huérfano, feo, apenao, niño explotado... hasta que... Oh, espera, ¡¡es que este ni si quiera canta bien!! ¡Si eso parece Il Divo! La vida es un anuncio de Coca-Cola, da igual el talento mientras emocione, da igual la música mientras haga saltar las lágrimas. Y yo me pregunto: -venga ya, ¿a quién se creen que engañan?- Y acto seguido veo a la gente llorando como perras y aplaudiendo como focas en el zoo.

La vida es un anuncio, ya digo, en un minuto tenemos que ver toda la historia, la durísima vida de loosers de esta gente, la incredulidad de público y jurado que no esperan nada de esa basura andante, las primeras notas de la canción y... la explosión, el júbilo, las lágrimas... LA HORTERADA. Porque en todo esto, la música es lo de menos, el aria de Puccini, el Nessum Dorma, es bastante más largo, pero se limitan a poner los 20 o 30 segundos que a los ignorantes les suena y les emociona para jugar, a través de la alienación, con un argumento deleznable: "si este infraser es capaz de esto, ¿qué no puedes hacer tú que eres medio normal?". Es decir: masturbación mativacional, cuánto valgo porque me emociono y, ahí está lo triste, todos podemos hacer grandes cosas en el arte.

Y así se queda grabado a fuego, mediante márketing, que el de la cara rara y la cabeza gorda, la vieja y el pobre huerfanito son grandes artistas porque han sufrido mucho y, sin que nadie sepa cómo ni por qué (y casualmente con cámaras delante) han hecho algo bonito, bonito de verdad.

Me gustaría saber qué harían esos que tanto aplauden si en vez de en la tele, oyen a estos cantar en la calle. Bueno, en realidad lo sé: pasar de largo.

¡¡OJO!! Qué la crítica no es para los que cantan, que los pobres bastante tienen ya. Y, oye, que si te gusta cantar, adelante, aprovecha tu oportunidad. Pero me cago a los publicistas que hacen estos progarmas y estas estrategias, fábricas de horteras, para forrarse con el lagrimeo y fomentar estos atentados estéticos.